I Did It My Way

Mis reflexiones sobre política, deporte y cultura

El 9 de Marzo los españoles expresaron una voluntad inequívoca: desean que José Luis Rodríguez Zapatero continúe al frente del ejecutivo al menos cuatro años más. A lo largo de la pasada legislatura, especialmente al final, se empezó a vislumbrar el hecho de que la política mundial iba a empezar a pivotar sobre una serie de puntos clave. Todos ellos giran en torno a un mismo eje, que no es otro que la famosa globalización, la interconexión creciente de todas las sociedades, economías y culturas del mundo. Efectivamente, en las últimas décadas el mundo ha experimentado más cambios que en siglos enteros, cambios producidos a un ritmo vertiginoso gracias a la potente expansión de la tecnología. Ésta, ha permitido en poco tiempo conectar los más recónditos puntos del planeta, provocando que las ingentes distancias entre la mayoría de pueblos queden reducidas a un “clic” de ratón, a una llamada telefónica, a un "ENTER" en nuestro fax. La globalización ha provocado importantes cambios en la acción exterior de los Estados de una importancia ineludible, dado que muchos problemas públicos ya no tienen solución exclusivamente en el ámbito interno. Factores como el cambio climático, el terrorismo internacional, la cuestión energética, los movimientos espaciales de la población, el desarrollo económico y demás, están lejos de poder ser tratados en el ámbito de cada país, requiriendo para ello una decidida, eficaz y consensuada acción exterior del Gobierno. Así, querido lector, resulta imprescindible la toma de posiciones ante estos problemas, y la adquisición por parte de la política gubernamental de compromisos fuertes al respecto.


Al mismo tiempo que esta mundialización ha tenido lugar, España, en los últimos 30 años de Estado democrático, ha experimentado los avances más notables de su historia. Hemos pasado con holgura el tránsito de un Estado viejo, dictatorial, con olor a rancio y aislado, a un Estado democrático, social, moderno, configurado como la octava potencia económica del mundo, plenamente acoplada al aparato integrador de la Unión Europea, y con importantes intereses globales en los ámbitos cultural, económico y social. Además, hemos pasado de contar con una estructura plenamente centrista, a un modelo de descentralización profundo, de sesgo “cuasi-federal”, configurado de la mano de la Constitución y los Estatutos de autonomía, que es mirado con recelo y mucho interés por vecinos europeos como Francia e Italia.


Una característica ineludible del proceso de convergencia global es su marcada naturaleza progresiva. Efectivamente, esto va cada vez más rápido, y en dicho proceso estamos inmersos de lleno, como potencia mundial que somos. Por ello, tenemos que avanzar con rapidez y decisión hacia la fijación de las que queremos que sean nuestras bases y proyectos dentro de un proceso que puede situarnos aún más arriba en el escalafón de países desarrollados. Para ello, hemos de partir del razonamiento siguiente. Los españoles han votado un modelo de política muy claro en estas elecciones. Han votado un modelo basado en la paz, la extensión de derechos de carácter civil y medioambiental, en la cultura y la ciencia, en la cohesión y el desarrollo territorial y social, en la pluralidad, la tolerancia y la laicidad, así como la cooperación al desarrollo. Son claves que podrían integrar la que sería una buena estrategia global para España, y sobre todo, son las claves que el pueblo español parece respaldar.


Sea como fuere, para poder alcanzar, bajo esa perspectiva, un liderazgo compartido con otras naciones europeas, España debe fortalecer sin lugar a dudas su acción exterior. Para ello, urge dedicar una mayor partida presupuestaria a esta importante rama, que ayude a conseguir los medios humanos y materiales necesarios para encauzarla por una vía caracterizada por la coordinación, la transparencia y la conexión con la ciudadanía. Además, y ésta es una muy importante razón, el fortalecimiento de nuestra política externa debe ser un pilar básico en orden a cohesionar mejor nuestro territorio. Si no queremos que empiecen a surgir posiciones autonómicas divergentes a procesos de omisión del gobierno en determinadas parcelas con interés para las mismas, el nuevo equipo de Zapatero debe trabajar duro por pescar, en este turbulento río que puede llegar a ser la globalización, resultados positivos para todos.


Por todas esas razones, querido lector, parece insoslayable que el ejecutivo que salga electo de la investidura el próximo 8 de Abril, que a buen seguro será el de José Luis Rodríguez Zapatero, debe apostar fuerte por la inclusión en su agenda política de los temas del ámbito exterior, tanto de corte internacional, como regional-europeo.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ufff yo en tema de la politica no me meto puesto que me mantengo al margen, puesto que ami me da igual quien gorbierne siempre que lo aga de una forma correcta.


_Javichu_

Rafael Albal(como el papel) dijo...

Yo al igual que Javichu, no intento meterme en estos temas, para mí todos los políticos son un mismo robot pero con chips algo diferentes. Eso sí, parece que Zapatero es el menos malo, parece...
En el tema de la globalización, la verdad esque no me gustaría ver el mundo entero controlado por una sóla persona, si esque nuestro querido George W. Bush, no lo controla ya.
Hace poco vi un pequeño cortometraje sobre lo que el miedo como el terrorismo y demás ataques a la sociedad hace que seamos más dóciles para los gobiernos y me da mucho qué pensar. Ahora confío mucho menos en todos los políticos, incluido Zapatero, aunque claro, sólo puedo dar hipótesis sin demostrar.

Aquí te lo dejo Dani, luego me comentas qué te ha parecido. http://www.youtube.com/watch?v=cvG0gbvZ4tY

Un saludo!!

Dani López dijo...

Veamos. En primer lugar, os escudaís en que no os gusta hablar de política y demás, pero, precisamente esta entrada no toca ningún tema político. Tan sólo se refiere a la que debe ser una de las prioridades del nuevo gobierno, sin decir de qué modo, o en que vertiente política ha de hacerse. En ese sentido, creo que habeís enfocado mal la entrada.

Por otro lado, y respecto a lo de dicho por Rafi, te remito a la entrada de las profecías, en que un compañero, Julio, comentó algo parecido de la técnica del miedo, como modo de adoctrinar la sociedad.

Por otro lado,y en cuanto a los políticos.. creo que tenemos (teneis) una deformada visión de ellos. la mayoría son petardos que sólo siguen unas ideas que les impone su partido, cierto, pero no creo que podamos hablar de que todos son iguales y demás. En el mundo de la política ha habido, y hay, gente buena, con un buen nivel de formación, y cuya máxima meta ha sido ayudar y mejorar el país (véase el ejemplo de Azaña. o de González; siendo el caso de éste último muy relevante, pues incluso durante el franquismo luchó desde la clandestinidad).

En fin, espero vuestra respuesta, especialmente la de Rafi, que es el que ha abierto varios temas interesantes.

Saludos!! y gracias por la opinión.
DANI (el autor, si)

Rafael Albal(como el papel) dijo...

Sí, claro que no puedo generalizar, pero yo sólo me remito a los hechos, la experiencia es la base del conocimiento y desde que tengo conciencia, ningún político me ha parecido lo suficientemente bueno como para tener la responsabilidad de ser el presidente de este Estado.

Sigo esperando pues.

Un saludo