I Did It My Way

Mis reflexiones sobre política, deporte y cultura

Efectivamente, muchos son aún los que se plantean la utilidad de esa ciencia llamada Derecho (o ese arte, según se mire). Como usted sabe, querido lector, he confinado mis días al estudio de este campo, de ahí la elección del tema de esta entrada. Los días anteriores a la elección definitiva de la senda universitaria que uno quiere elegir, se oyen todo tipo de comentarios sobre cada una de esas opciones. Sobre el Derecho, pude oír opiniones muy diversas, la mayoría muy extremistas, como suele ser habitual. “¡Eso no vale para nada!”, “¿qué salidas tiene eso?”, “¡Toda la vida ahí entre leyes!”, o, incluso, “vaya rollazo”. Obviamente, y después de varios meses dedicados al estudio de tan temida rama del saber, ninguna de esas “opiniones” han coincidido con la realidad. Como es lógico, cada uno tiene su opinión, e incluso en estudiantes de derecho tiende a oírse una cierta repulsa hacia lo interesante de las asignaturas, algo que siempre es defendible: “para gustos, colores”, ya sabe. Pero lo que no puede ser puesto en tela de juicio es la utilidad del Derecho. En la actualidad, es la carrera con más salidas de todo el espectro universitario, sin lugar dudas. Además, y éste es el verdadero fin de esta entrada, muchas son sus proyecciones sobre nuestra vida cotidiana. El derecho, querido lector, y aunque le pese a más de uno, es NECESARIO. La vida en sociedad exige, sin lugar a dudas, la existencia de una serie de parámetros normativos que, dentro del principio general que es la libertad del individuo para actuar, regulen nuestras relaciones.


No podemos, en efecto, dejar al libre arbitrio de los individuos la llevanza de los temas públicos, ni siquiera el control de las relaciones privadas formales, pues el egoísmo individual, el provecho propio, las venganzas, y en definitiva los elementos subjetivos y de interés individual, desvirtuarían el orden social. Necesitamos una serie de límites, un marco jurídico, dentro del cual podamos movernos libremente, y con seguridad; la seguridad que comporta el saber que cuando celebremos un contrato, y éste sea infringido por la otra parte, ahí tendremos un juzgador imparcial que resarza los pertinentes daños; la seguridad que nos brinda el conocer que, si un día un demente viola y mata a un familiar o conocido nuestro, el ordenamiento estará detrás para castigar al autor, y para prevenir nuevos homicidios.


Por otro lado, y como expuse con anterioridad, muchas son las proyecciones del derecho sobre nuestra vida diaria. Al respecto, existe un texto de NINO C.S, sito en su obra “Introducción al análisis del Derecho” que me gustaría exponerle, querido lector. Ya para cerrar mi intervención, y dando paso al citado texto, le brindo la oportunidad de dejar constancia de su opinión acerca de lo comentado, y de mostrar su visión acerca del texto.


El derecho, como el aire, está en todas partes. Por ejemplo, puede ser que hoy usted se haya contenido de ejercitar su agradable voz bajo la ducha, recordando que vecinos con poca sensibilidad artística podrían hacer valer ciertas ordenanzas contra los ruidos molestos; seguramente usted se habrá vestido al salir de su casa, porque entre otras razones, usted sabe bien que hay regulaciones jurídicas que desalientan una excesiva ligereza en el vestir; probablemente usted haya celebrado un contrato tácito de transporte al ascender a un ómnibus público o, si ha conducido su automóvil, habrá seguido, o simulado seguir, algunas reglamentaciones y habrá hecho uso de la facultad jurídica de transitar por la vía pública; es casi seguro que usted debe haber celebrado hoy varios contratos verbales de compraventa (al adquirir, por ejemplo, el periódico o cigarrillos) y de locación de obra (al llevar, por ejemplo, sus zapatos a arreglar); aunque usted no tenga un físico imponente, usted tiene alguna confianza en que probablemente no será golpeado, insultado, vejado o robado gracias a la “coraza” normativa que le proporciona el derecho; la organización donde usted trabaja o estudia (es de esperar que usted no sea miembro de una asociación ilícita) está seguramente estructurada según una serie de disposiciones legales; si usted tiene que hacer un trámite quizá no advierta que cada uno de sus intrincados pasos está prescrito por normas jurídicas. Todos estos contactos con el derecho le ocurrirán a usted en un día normal; piense en cuanto más envuelto en el derecho estará usted cuando participe de algún suceso transcendente, como casarse, ser demandado judicialmente.”
NINO, C.S., Introducción al análisis del Derecho, 9ª Ed., Ariel, Barcelona, 1999, p. 1.

1 comentarios:

Rose dijo...

El derecho es importante para todo, y estudiarlo no es una pérdida de tiempo, al contrario. Además que estoy segura de que tiene muchas saludas.

Lo malo es cuando no se respeta el derecho, cuando las leyes no hacen que los culpables paguen por lo cometido.

saludos!