I Did It My Way

Mis reflexiones sobre política, deporte y cultura

Se han celebrado elecciones al Parlamento Europeo, y como ya comentábamos en días anteriores, la abstención ha sido galopante. En Polonia, por ejemplo, la participación ha sido paupérrima, con tan sólo un 24,53 %, y siendo la media de todos los países miembros de un 42,94 %. En España nos hemos mantenido en los mismos índices de 2004, con un "digno", en palabras de la Vicepresidenta De la Vega, 46 %. Así pues, el abstencionismo ha vuelto a hacer estragos, provocando un fuerte resentimiento en el camino hacia la integración europea. Una integración, por cierto, que desde el "NO" manifestado por el pueblo irlandés al Tratado de Lisboa mantiene a la Unión en la deriva, sin rumbo aparente, y con una importante falta de liderazgo en las cuestiones internacionales. Paradójico, por cierto, que ese mismo país, Irlanda, haya superado con creces la media de votantes de la Unión con un increíble 57,6 %, totalmente contrastado con su declarado euroescepticismo.

Por lo demás hay que recordar que el Partido Popular Europeo ("European People´s Party", nombre que para el caso de Berlusconi viene que ni pintado) ha arrasado en los comicios, consiguiendo 263 de los 736 escaños, y dejando a los socialistas europeos sumidos en una importante crisis. En España, Rajoy ha visto su liderazgo salvado gracias a una ajustada victoria en escaños (2), y algo más holgada en votos, sobre el PSOE, que se resiente, sin duda alguna, de sus vaivenes en materia económica. Varias son las cuestiones a analizar en los resultados de nuestro país. Resulta sorprendente que en uno de los peores momentos de la crisis, y con una ciudadanía muy descontenta con la acción frente a la misma del Gobierno (el último barómetro del CIS, de Abril, muestra que el 42% de la población califica de "regular" la gestión del Gobierno, y un 23,7% de "mala"), el principal partido de la oposición no obtenga una mayoría demasiado clara. La presunta trama de corrupción y una labor de oposición demasiado "sucia" en ocasiones, pueden ser las causas.

A pesar de ello, y aunque el número de escaños por los que gana el PP a los socialistas no sea excesivo, conviene resaltar que son 600.000 votos de diferencia, situación que traducida a unas elecciones generales llevarían al actual Gobierno a perder 20 escaños, y a los primeros a ganar 15. Así pues, resulta claro que la población votante a decidido dar un toque de atención a los dirigentes actuales del país, y recordarles que la gestión de la crisis puede no estar siendo la idónea. Ya han surgido voces desde los partidos de derecha pidiendo el planteamiento bien de una cuestión de confianza por el Presidente Zapatero, bien de una moción de censura por el grupo parlamentario popular. En cualquier caso ninguna de estas técnicas parlamentarias entrará en juego. La primera porque Rodríguez Zapatero no quiere dar demasiada importancia a unas elecciones marcadas por la abstención, y porque a buen seguro la perdería. Y la segunda porque también resultaría infructuosa, dada la anunciada abstención de CIU en la misma en caso de ejercitarse. Así las cosas, parece que la situación se mantendrá, pese a la victoria popular, sin cambios de importancia, algo que beneficia y mucho al Gobierno, que sabe que la crisis ha tocado fondo, y que la luz al final del túnel está cercana, pese al aún escandaloso número de parados.

No pintan igual de bien las cosas para Gordon Brown. El laborista, heredero de Tony Blair, ha vivido su particular semana negra, marcada por las dimisiones de varios de sus ministros, involucrados en el escándalo por el abuso de las dietas parlamentarias. De hecho, un número importante de miembros de su propio partido ha empezado a pedir su dimisión. Y es que el Partido Conservador se ha convertido en la fuerza más votada, marcando el inicio de un, en apariencia, imparable camino al Gobierno. Sorprende también el resultado del Partido Nacional Británico, abiertamente xenófobo, que ha conseguido representación en el Parlamento Europeo.

Éste resultado, junto con el cosechado por un Berlusconi impermeable a cualquier escándalo, nos recuerda la importancia del voto, y el inequívoco carácter de lacra que tiene la abstención. Cierto es, no obstante, que Il Cavaliere hubiera ganado con o sin importante abstención, y es que Italia sigue siendo la República del fraude fiscal, la corrupción y las alabanzas al impago de impuestos. Y claro, ya sabemos qué líder reúne todas esas notas en su persona.

Así las cosas, la población europea ha querido que sea la derecha, la de los valores neo-liberales amantes de la no regulación financiera que provocaron la crisis inmobiliaria en EEUU y que por extensión provocaron el advenimiento de la crisis a Europa, la que rija la mayor parte de las cosas que nos afectan a diario. Entre el océano de victorias del EPP, un islote socialista se mantiene con una importante base de votantes, el PSOE. Les invito a sacar sus conclusiones respecto de ambas cuestiones.

6 comentarios:

Kri-spôh dijo...

Sorprendentes dos entradas de un tiro que me animan a intervenir.

Antes que nada, estoy totalmente de acuerdo con las apreciaciones de la Vicepresidenta en cuanto a lo digno de los resultados, más aún habida cuenta de la ventajosa posición que ocupa el PSOE en relación con el resto de gobiernos europeos "castigados" por la crisis mundial.

Pero abordando el tema central -entre paréntesis en el título- las europeas siguen afectadas por el peor de los obstáculos políticos, la abstención de la ciudadanía que, a más a más, nunca ha beneficiado a la izquierda española. Pero (en alusión a la anterior entrada) lo cierto es que a ello ha contribuido la pésima campaña desplegada tanto por el PP (volviendo a jugar con el inmovilismo del conjunto del electorado desde el respaldo de sus fieles votantes), como por el propio PSOE.

En definitiva, los resultados son los que son, y junto a la pésima participación de la ciudadanía europea en estas elecciones, me preocupa seriamente que la derecha se haga cargo de la gestión de una crisis producto de prácticas neoliberales. Sobre todo cuando aquí en España, la "oposición" no ha dado a conocer aún ninguna medida al respecto.

Héctor dijo...

Difiero rotundamente en muchos aspectos sobre todo del único comentario existente.
En primer lugar la abstención ni beneficia al Partido Popular, ni al Partido Socialista, perjudica a todos, y a los que más a los ciudadanos que se despreocupan de lo que pasa en Europa. Por otro lado, se ha demostrado falso el mito de que una alta participación beneficia a la izquierda. El PP con un 80% de participación ganó las elecciones generales en la comunidad de Madrid con el 50% de los votos, y en Galicia, con participación record del 70% ganó el PP con mayoría absoluto. Se desmitifica el mito.
Por otro lado, la campaña realizada por el Partido Socialista ha sido pésima, basada en el insulto y la descalificación hacia el adversario sin ningún tipo de lealtad ni respeto hacia el partido contricante y a los ciudadanos que representa ese partido. En cambio la campaña del PP tampoco ha sido una campaña buena, pero al menos ha sido una campaña basada en la realidad, más realidad española que europea, pero realidad al fin y a cabo y con propuestas y soluciones. Invito a leer el Plan Anticrisis colgado en la web del PP.
Y discrepo rotudamente y con más ahinco aún si cabe en los culpables de la crisis. Más que en los culpables, en las políticas llevadas a cabo. La causa de la crisis, ha sido la mala regulación, la intervención feroz en la economía y el excesivo control sobre los ciudadanos. En EEUU, el gobierno democrata de Clinto, bajo los tipos de interes, facilitó los créditos para que la gente comprara vivienda, abandonaron por completo la oferta de la ley y la demanda en este aspecto pasando. y es ahora cuando hay que volver a las políticas liberales de no intervención para que el mercado se vuelva a regular por sí solo, lejos de las manos de los burócratas.

Kri-spôh dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Kri-spôh dijo...

Empezando por el final de la réplica -curiosamente en lo que más se recalca la discrepancia- hoy día no es necesaria ninguna lección de demagogia para convencer a cualquiera de la identidad de los culpables de la crisis financiera. Aquellos que en torno al fundamentalismo neoliberal han confiado la actividad económica a la "invisible" mano, presentada como la equilibrante articulación de los impulsos divinos. Pero lo que es inadmisibles es que aquellos que más se frotaron las manos en época de bonanza también se oculten tras el mágico velo a la hora de atribuir "responsabilidades". Y es que la historia de la economía es cíclica y simple: la autoregulación del mercado desemboca necesariamente en una crisis que sólo va a poder sanearse desde la izquierda. No por casualidad el descalabro ha sido tan importante en Europa, cuyo Parlamento ya contaba con una clara mayoría de derechas que había de marcar el diseño de la política económica. Ni tampoco sorprende que la mayoría de los gobiernos europeos (de derechas) apuesten por medidas cercanas al modelo socialdemócrata.

Segundo punto: la abstención. De acuerdo que la teoría es que la falta de voto sólo perjudica a a quien cuyo voto habría de dirigirse. Pero se observan diferencias ya desde los motivos que conducen a abstenerse a un elector, atendiendo al punto del espectro político donde se sitúen sus ideales. Los afines al PP son más disciplinados y fieles con su partido, pase lo que pase, mientras que los del PSOE sólo manifiestan tal grado de fidelidad cuando ven peligrar la mayoría de izquierda. Es una realidad, no un mito, que el español medio sea de centro-izquierda, y que promulgue un cierto sentido de la crítica en lugar de una fe ciega hacia un solo partido. Tratando con datos, es relevante que los jóvenes menores de 30 años presentan las tasas más altas de abstención, a la par que la mayor concentración de votantes del PP se presenta a partir de la misma edad. Lo cual ya se nos indica hacia donde apunta la abstención. Por último en este aspecto, las excepciones marcadas por una alta participación y unos resultados favorables al PP (a nivel estatal) no se refieren a otro fenómeno que el de la concentración del voto de centro-derecha en un único partido y la disgregación de la centro-izquierda entre PSOE e IU, amén de otros partidos incipientes.

Dicho lo anterior parece que el último tema puesto en cuestión son las elecciones europeas, sin ánimo de compararme con las campañas desplegadas por los principales partidos de España. De acuerdo con que ha sido pésima por parte de ambos, pero me sigue pareciendo intolerable que la oposición haya basado su política en las miserias consecuencia de la crisis. O que durante el debate de la nación haya desaprobado cada propuesta del gobierno, dirigiéndole a su "Plan Anticrisis", que es a todas luces un paquete sin regalo.

Héctor dijo...

La creación expansiva de créditos sin respaldo de ahorro efectivo, es decir, el dar créditos sin un aval, a que da lugar el sistema bancario basado en un coeficiente de reserva fraccionaria dirigido por un banco central, no solo genera un crecimiento cíclico y descontrolado de la oferta monetaria, sino que tambien, al plasmarse en la creación de créditos a tipos de intereses reducidos e irreales a su vez, provoca irremediablemente un alargamiento ficticio e insostenible de los procesos productivos, que tienden así a hacerse de forma indebida y excesivamente intensivos en capital. La amplificación de todo proceso inflacionario mediante la expansion crediticia, tarde o temprano de manera espontánea e inevitable, habrá de revertirse, dando lugar a una recesión económica como la que actualmente padecemos en la que los errores inducidos en la inversión se ponen de manifiesto en el paro masivo y la necesidad de liquidar y reasignar todos los recursos erróneamente invertidos. Esto es la causa de la crisis, ahora hay que ver el causante de esta expansión crediticia, que en un primer momento fueron los bancos quienes se lanzaron a prestar a terceros una parte de los fondos que tenían en su posesión buscando beneficio propio creyendo que nunca les faltaría liquidiz para atender a sus obligaciones. La expansión crediticia fue obra de los banqueros, no de la autoridad pública.Pero hoy la expansión crediticia es exclusivamente obra del gobierno. la intervención que en las aventuras expansivas del gobierno teinen los bancos y banqueros privados es meramente de colaboración. Los gobiernos regulan, ordenan y dirigen toda la actividad bancaria, pueden provocar, y provocan como han hecho ahora, una expansión crediticia, pueden reducir el interés y hasta suprimirlo totalmente. De aqui saquen sus conclusiones.
Afirman algunos, socialistas e intervencionistas, que esta crisis económica es fruto inevitable de la propia organización capitalista y que la provoca el vicioso funcionamiento de la economia de mercado. Para los socialistas, sólo la sustitución del capitalismo por el socialismo permitirá eliminar las crisis cíclicas. Los intervencionistas en cambio creen que se pueden evitar si el gobierno interviene oportuna y convenientemente. La autoridad pública puede imponer la estabilidad economica con las medidas anticíclicas. Es decir, el gobierno es una entidad fuera de la órbita de los negocios humanos, independiente de los mortales, con poder para influir sobre la vida y las aspiraciones de los ciudadanos, que dispone de fondos propios, ilimitados, que ni proceden de los ciudadanos ni nada tiene que ver con ellos y que las pueden destinar libremente a lo que estimen más conveniente. Y aquí viene su solución, las obras públicas (plan E) y la inversión de grandes sumas en empresas estatales. Ignoran de que el capital disponible siempre es escaso, lo que lleva a los gobiernos a incrementear los impuestos reduciendo la capacidad de consumo e inversión de los particulares, ya sean empresas o ciudadanos. Por tanto la solución no pasa por ahi.
Hay alguien que dijo, no me acuerdo quien, que socialistas hay en todos los partidos, aunque ahora se disfracen de socialdemocratas.

Dani López dijo...

Obligan ustedes dos, y sin que sirva de precedente, a que el autor exprese su opinión.

Durante varias décadas, las grandes potencias financieras, esto es, EEUU y UK, mantuvieron un sistema financiero carente de una regulación mínima, carente de un garante que vigilara y evitara el surgimiento de operaciones basadas en la especulación y en las famosas "burbujas". ¿Quién propugnó tal falta de regulación? ¿Quién mantuvo que la economía, incluyendo pues la Banca, debía mantenerse libre de toda injerencia, y por tanto libre de toda regulación o supervisión? Las grandes políticas neo-liberales de tales grandes potencias, arrastrando al resto del globo. Así, durante años el espectacular crecimiento económico que el mundo ha experimentado, ha sido movido por el motor de una Banca que pudo actuar a su libre albedrío, gracias a la tesis "no regulación" que el antiguo capitalismo sustentaba. Incluso en España hemos tenido nuestra particular "no regulación" en el tema de la Banca-construcción.

Pero llegó el día en que los colosos norteaméricanos quebraron, y el efecto "dominó-confianza" hizo su aparición. El resultado, la mayor crisis económica de la historia de la humanidad.

¿Consecuencias o medidas? Si la causa de la crisis es indiscutida hoy por los sabios de la Economía, no lo es menos que la salida de la crisis debe hacerse por la puerta de una mayor regulación que evite los castillos de arena en el aire, creados con el cubo y la pala representados por el capital de los ciudadanos. Una mayor regulación que bajo ningún concepto debe hacerse de la mano de una intervención drástica en la económica (a pesar de que EEUU nacionalice como si fuera Venezuela, que paradoja). Debemos mostrar un rechazo tajante a la intervención férrea en la economía, que tan sólo nos recuerda a totalitarismos pasados, que no es eficiente, que no garantiza la igualdad de los ciudadanos, y que es contraria a nuestra Constitución.

Más regulación y supervisión sí, intervención (que no es lo mismo) no. Es a esto a lo que debemos llamar nuevo capitalismo: libre mercado, pero con topes y vigilancia anti-burbujas.

Así las cosas, el debate no es tanto entre socialdemocracia y neoliberalismo, dos términos de gran contenido eufemístico, por cierto, sino entre una reunión de todas la fuerzas políticas que refunde el capitalismo (usando palabras de Sarkozy), o un quedarnos de brazos esperando la siguiente crisis fruto de la especulación.

Si todos mantenemos estas ideas básicas, el diálogo es más sencillo, y sobre todo más productivo. Y desde esas bases, las diferencias entre unos y otros no han de ser tantas, y quedarían relegadas al ámbito de una mayor o menos presión fiscal, según nuestro espectro político. Y para eso están los ciudadanos, que cada 4 años pueden elegir. Lo que no debe ser elegible es la regulación que impida más casos AIG, más casos General Motors, más casos Martisa-Fadesa, más casos Madoff. Eso es lo que los ciudadanos no quieren, y el diálogo de los políticos debe versar sobre eso. Por desgracia los políticos actuales no se ponen de acuerdo ni en lo que en realidad están de acuerdo.