I Did It My Way

Mis reflexiones sobre política, deporte y cultura

Pero de cambiar el camino, nada. Ya son muchos los meses desde que la crisis apareció, y muchas las personas a las que golpea cada día, especialmente en España. El Gobierno sigue capeando el temporal con parches aquí y allá, y sin llegar a acuerdos firmes y estables con las fuerzas políticas en las Cortes. En cualquier caso, la futura Ley de Economía Sostenible parece indicarnos un horizonte económico donde el progreso no se sustente en el ladrillo desenfrenado y la especulación bancaria, sino en la defensa del medio ambiente y las energías renovables. Convendría preguntarse, en cualquier caso, por qué tal reforma estructural no se hizo cuando crecíamos al 4% anual subidos en la burbuja inmobiliaria, momento en el que ambos partidos miraron para otro lado. Y es que parece que sólo aprendemos y cambiamos cuando nos estrellamos.

Más triste es la situación en la Comunidad Internacional, donde siguen sin adoptarse reformas que acrecenten los sistemas de seguridad que vigilan para evitar el surgimiento de aquéllas burbujas y prácticas especulativas. Tal adopción sigue en la agenda del G-20 y organismos similares que, no obstante, la dejan cada vez que se constituyen "para la próxima reunión". Magistral fue al respecto la visión de Iñaki Gabilondo expuesta en la sección de opinión del telediario nocturno que presenta, a raíz de la condena a Madoff, que parece haber sido un bálsamo, un chivo expiatorio para hacernos olvidar las causas de la crisis, y la necesidad de reformar el sistema:

"¿Borrón y cuenta nueva?. ¿Condenado Maddoff quedan exonerados todos los demás filibusteros de las finanzas?. Algunos creerán que es una especie de blanqueo judicial de todos los abusos cometidos. Ya se ha hecho justicia. Miremos adelante. Pero no nos gusta nada lo que vemos cuando miramos adelante. Ya han sacado la cabeza de sus escondites los que durante unos pocos meses temieron que las cosas fueran a cambiar.

En la Cámara de Representantes de los Estados Unidos cierran filas los enemigos del plan regulador de Obama. Ya verán ustedes cómo antes de fin de año la ortodoxia volverá a ser la que era. "El mercado es una virgen, el Estado un violador... y viva la mano invisible".

Se admiten apuestas. Todo habrá sido un sueño, salvo las empresas arruinadas y los trabajadores en paro, que, como es natural, son cosa del Gobierno. Reflexión política, cero. Reflexión social, cero.

Y seguiremos ayudando a los bancos, que son los únicos a los que el Estado tiene que ayudar para que puedan pagar sus créditos. Porque, para darnos crédito a los demás, los bancos tuvieron que pedírselo a otros. Y si se pillaron los dedos no tienen que asumirlo y aguantarse, como usted o como yo, sino que, como los bancos son el sistema financiero y eso es fundamental, los que no podemos pagar nuestros créditos a los bancos porque nos pillamos lo dedos, tenemos que prestar dinero a los bancos para que ellos sí puedan pagar los suyos.

Así que más rojos nuestros números rojos personales, y más rojos los números rojos de nuestro Estado para que sean menos rojos, o incluso verdes, los números de nuestros bancos.

Todo lo cual merecería la pena si fuera para cambiar de ruta. Pero no es así. No ha habido escarmiento, y las lecciones que se han extraído no se podrán aplicar. Madoff no es el símbolo de una intención depuradora, es el purgante que se han tenido que tomar los tiburones para poder volver a depredar."

Así pues la situación es preocupante. Y es que la voluntad de reestructurar las cosas para no volver a caer en los mismos errores parece decrecer día tras día. Hemos de esperar, por el bien de todos, que los grandes líderes mundiales, como reclaman, entre otros, Sarkozy o Zapatero, tomen conciencia real de la necesidad de incrementar las medidas de seguridad en los ámbitos bancarios y financieros internacionales, así como de suprimir los paraísos fiscales, que constituyen, junto con el resto de aspectos de la economía sumergida, una verdadera hemorragia para un sistema donde la clásica libertad debe ir unida a una mayor igualdad y protección de los ciudadanos de a pie.

" A ver si vuelve la sensatez a los mercados, y podemos seguir con la locura" EL ROTO